lunes, 1 de septiembre de 2014

Casi el fin

No me resigno a dar la despedida
a tan altivo y fuerte sentimiento,
que tanto impulso y luz diera a mi vida.

No es su culminación lo que lamento;
su culminar no causa la partida,
la causará tal vez, su acabamiento. 
-Manuel Altolaguirre-

De mi guerra y de mis huesos,
de mi garganta seca y agrietada,
de todo aquello que en el alma pervive
como una furia loca que no acaba.
Pero presiento el fin,
lo voy oliendo en cada callejuela,
en cada coma y en cada pergamino
asediando pistilos y estrellas.
Pero resisto el soplo,
no me desligo de sus sensación última,
de la mandíbula de fuego que apresa mi carne todavía.
¿Cómo será mañana?
Importa todo.
Pero es verdad que lento va apagándose,
la última vela de mi anhelo.

Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia

jueves, 28 de agosto de 2014

A media luz.

I

Si ser dueña de mí te va ligando
a ser jefa de todo lo indecente,
que circula de pronto por mi mente
al sentirte por dentro murmurando;

es que debo contarte el cómo y cuándo
me estremezco cual burdo adolescente,
evocando tu parte más caliente
y por ella en silencio delirando

Y te evoco en la fila de los días,
en las hiedras del muro, en los rincones
que son fiesta de luz cuando te evoco. 

Para entonces ya son epifanías,
las perpetuas y densas sensaciones
que en tu curva sin par de pronto toco. 

II

Amarte justo así, cuando amanece
y el alba es jilguero sin acento,
cuando parece amor, que todo el viento
en tu garganta misma se adormece. 

Y entonces presentir que se estremece
cada célula nuestra en el aliento,
cada sillón y cada firmamento
donde tu imagen misma resplandece. 

Y es combatir contigo mano a mano,
es terminar en ti todo lo arcano
desde tu hueso mismo a tu cadera. 

Porque con soplo extenso de cantera,
has taladrado el pálpito lejano
volviéndote la luz, la compañera. 

III

¿Que cómo puedo amarte sino ha sido
una espiral de cosas este canto?
¿Que cómo presentirte tanto y tanto
desde un amor, tal vez, inadvertido?

Es cosa de un espasmo adolorido
de aquel espíritu fugaz que en llanto,
no rompió ni su barro ni su encanto
para abrazarte en tálamo rendido. 

Porque te espero Amor, al medio día
y por la tarde misma y madrugada
y en la televisión y en el tranvía. 

Porque es un hambre entera la mirada,
porque es por ti un tizón la mano fría
y tú la sin razón, la luz amada. 

Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia

domingo, 9 de febrero de 2014

Canción

Es ancho el universo en un instante,
cuando cascabelea tu cabello
en un espiral que canta,
que suena a tu perfume sin las hojas
y al vestido que rueda sin tus hombros.
Amo el color de tus suspiros
cada vez más largos y tremendos,
que se trenzan a solas en mi pecho
y en mi silencio crecen
y ante la noche aúllan
y ante el aullido estallan.
¿Qué silencioso camino de granates
tiene para mí la madrugada de tu pelo?
Es que en tan largo el respiro de los días
y tan angostas las calles en que te nombro,
que cada amanecer, parece un verso
con la rima colgando de tu boca.
Tiéndeme al sol amor
que estoy a punto;
no calles el asalto que la eternidad nos dicta
y que en tus caderas fértiles y llenas
sólo mis manos busquen el ocaso
y las tardes de fuego y trementina.

Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia

sábado, 11 de enero de 2014

A tus piernas

¡Cuántos universos
residen en tus piernas!
Eterno y constante andamiaje de luces,
de gemas que gritan
un aleteo sigiloso
y en medio,
mi tacto que suena
ante los cascabeles
que llevas cuando pasas.
Me gusta tu piel de avena
y sus caracoles erizados
cuando nos llueven besos desde los ojos,
cuando son nuestras manos
mustias eclosiones de un tiempo que no cesa.
Y en medio de este traslado,
siempre tus piernas,
que se me escurren,
que se me brindan
en un verano sin riendas,
sin espejos,
pero llenas de un centro voraz
como ansioso de mi fuerza más lejana.
Me gustas tanto desnuda
pero también cuando llevas falda
y cuando llevas tacones
y cuando llegas descalza,
siempre viva,
siempre en un huracán de giros
que se me clavan en el vientre
y me van brotando en las mejillas.
Déjame andar siempre así:
descubierto y herido,
siempre colgando
de esos los tantos universos
que tienen, mujer, tus piernas
sólo caracolas, sólo barcas
y en medio yace la noche
a la que acecho con gula.

Alberto Madariaga
(2014)
a Nadia

viernes, 5 de julio de 2013

Para entonces.

Siento que la muerte huele a fruta,
o quizá sólo pienso de más
y es una fiesta,
lenta y tendida ante el sol,
diáfana y lejana,
lúdica y sonriente.
Áspero sabor de la pera de Octubre
en los charcos callados.
Todo un retrato de Browning
junto al lecho vacío.
Encuéntrame en la hoja seca
y dime si estoy mal,
o sólo es el olfato
el que me falla por las noches.

Alberto Madariaga
(2013)
a mi Padre

Para quererte.

¿Y quién para quererte vida mía,
en esta guerra extensa y sin párpados,
ha trepado las colinas y los valles
desde la misma región de tu largo suspiro?
De aquel suspiro que me llamó una noche
y que una noche,
se volvió la flauta de los versos,
la fiesta olvidada en tantas lunas
y la luna de fiesta que me anunció la vida.
Si no soy yo... ¿Quién para quererte?
Porque si no es mi soledad
ese broquel de labios,
pues si no es mi honda copa de Whisky
la que ha de bajar a tus pestañas
para llevarte mis besos,
entonces, ¿Quién?
A veces cuando canto,
me parece infinito el túnel del sonido,
de este sonido
que se envuelve en tu nombre,
mirándote llegar
en las lluvias de Julio
más perfumadas,
más adustas,
más llenas del inmenso contacto
de tus labios hambrientos.
Sólo el viento voraz que me acompaña
ha podido soltarme
y de esa voracidad inmensa de tu falda,
nace esta voz,
para cantarte ahora
y así quererte, como nunca
y como nunca, Amor,
echar el vuelo.

Alberto Madariaga
(2013)
a Nadia

viernes, 19 de abril de 2013

El gato

Infiel hasta el cansancio, nuevamente
no tornarás al predispuesto nido,
para que prive impávido el maullido
con que te escucha el eco más paciente.

Un desaire perpetuo al que te siente
y una mueca de ardor al sin sentido,
que no te busco con dolor bruñido
ni te contesta con furor ardiente.

Infiel, pero inmortal, insospechado.
¿Cuántas lunas de cuarzo te han bañado
y la verdad de tu pelaje es cosa

lo mismo libertina que brumosa?
Sigue pasando pues en el tejado,
tu forma más infame y sigilosa.

Alberto Madariaga
(2008)
a la poesía y su gatuna forma.