viernes, 19 de abril de 2013

El gato

Infiel hasta el cansancio, nuevamente
no tornarás al predispuesto nido,
para que prive impávido el maullido
con que te escucha el eco más paciente.

Un desaire perpetuo al que te siente
y una mueca de ardor al sin sentido,
que no te busco con dolor bruñido
ni te contesta con furor ardiente.

Infiel, pero inmortal, insospechado.
¿Cuántas lunas de cuarzo te han bañado
y la verdad de tu pelaje es cosa

lo mismo libertina que brumosa?
Sigue pasando pues en el tejado,
tu forma más infame y sigilosa.

Alberto Madariaga
(2008)
a la poesía y su gatuna forma.