lunes, 25 de julio de 2011

La llegada


Arrebátame, amor, águila esquiva,
mátame a desgarrón y a dentellada,
que tengo ya la queja amordazada
y entre tus garras la intención cautiva.

No finjas más, no ocultes la excesiva
hambre de mí que te arde en la mirada.
No gires más la faz desmemoriada
y muerde de una vez la carne viva.
(Antonio Gala)

Quiere tregua el tifon que no te toca,
un destello de luz en su pavura...
Somos cuencas de Agosto en esta hondura
y rosal de ansiedad en cada boca.

Quiere tregua esta sed esquiva y loca,
de tu sábana blanca como albura,
quiere calma la carne que perdura,
indolente sin ti, cristal de roca.

Bajo pues los blasones. La bandera
del tesón escondido se ha tendido,
en la pálida luz de la lumbrera.

Llena el alma que implora tu gemido,
tu ventisca de clara primavera
y esa llama final de tu latido.

Alberto
            Madariaga
(2011)
a Nadia

2 comentarios:

  1. Muy chido tu soneto mi estimado, lo que más me latió fueron los dos últimos versos del primer cuarteto.

    Un placer leerte

    Saludos y buena vibra :)

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  2. Me ha gustado mucho este poema, me deja pensando como muchos otros que he leído. Espero que ahora si se quede guardado mi comentario, besos.

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