viernes, 5 de julio de 2013

Para entonces.

Siento que la muerte huele a fruta,
o quizá sólo pienso de más
y es una fiesta,
lenta y tendida ante el sol,
diáfana y lejana,
lúdica y sonriente.
Áspero sabor de la pera de Octubre
en los charcos callados.
Todo un retrato de Browning
junto al lecho vacío.
Encuéntrame en la hoja seca
y dime si estoy mal,
o sólo es el olfato
el que me falla por las noches.

Alberto Madariaga
(2013)
a mi Padre

1 comentario:

  1. Es un placer volver a saludarte, Alberto, y nada mejor para ello que hacerlo desde este poema, esta puerta abierta a la tristeza en la que dejas entrar los versos de la elegancia, con ese ritmo en el que tan bien te desenvuelves.

    Un abrazo.

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