Ilumíname esta tarde con tu voz...
Mis despavoridos ojos,
van buscando tu nombre,
y mis venas excavan
un silencio profundo como el tiempo,
para poner el cuepo de tu verbo.
Ven, sólo tramonta un alba imaginada
y lléname de ti, de tu presencia,
de los ósculos que nunca me han nacido
de los tiempos de pan,
de las olas de palomas
que en mi plaza discuten
por el paso del viento...
Sólo ven.
Abre el sol en tus dedos
y que me llegue la verdad del verano
en tus labios de aurora
y de jacinto.
Aberto
Madariaga
(2011)
de "Bajo el Dosel"