lunes, 5 de noviembre de 2012

En lo tupido.

¿Qué parte de mi sangre no te llama
con una mansa y noble ventisquera?
¿Por cuál enmarañada cordillera
no asombra la sustancia de tu flama?

Amor que por entraña surcas rama
y ciclón y remanso y sementera,
con una inexplicable ley severa,
que me levanta y tumba sin proclama.

Dime qué parte mía no te nombra,
dónde puede sentirse ese vacío,
en que falte la esquila de tu eco.

Pues eres el temblor, la dulce sombra,
el monte, la laguna, valle y río,
eres totalidad que invade el hueco.

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia