No me cuaja saberte en ese estado,
que aunque no desmenuzo todavía,
pone pues en mi lira tuerca fría,
a manera de velo dibujado.
¿Es que acaso la risa se ha marchado?
No lo digo de burla... Desconfía
mi tesón de indolencia en esta umbría,
si el asunto se centra en tu enrejado.
Como cuesta saberte no corriendo
aunque puede costar incluso doble,
contemplarte sin alas y escurriendo
la impotencia en tu pómulo baldío.
Ya no sé qué pensar... Tú fuiste un roble
y no mirarte así, me causa frío.
Alberto Madariaga
(2012)
a mi Padre