domingo, 6 de enero de 2013

Desahogo


Otro Domingo en vano que te espero,

con la ilusión sin tregua mutilada

y recorriendo al tiempo una cascada

de desesperación en rumbo cero.

 

¿Cómo blandir mi angustia, si el lucero

al cual le imploro tanto suelta nada?

Es la cruz en la espiga castigada,

por la glacial ventisca del estero.

 

¿Qué impulso puede pues, romper la espina

que se sujeta infame en el torrente,

hasta secar la ardiente trementina?

 

Porque me quedo hilando lo estridente,

lo amargo y lo lejano de tu esquina,

en medio del tumulto de la gente.
 
Alberto Madariaga
(2013)
a Nadia