domingo, 24 de junio de 2012

Fotografía.

Moja el olvido las cuentas del rosario,
en un témpano salado,
sin rostro,
lleno de magma intranquilo
y de barcas que se escurren.
Cubrió la noche de San Juan
la piel de la amapola.
Pena de la saliente en la sombra,
sombra de la líquida queja,
queja de la amargura omnubilada.
¡Vengan mis penas al eco!
Mírenme estar,
con la soga de los verbos en la mano,
sepan que existo para la flama y la flecha,
que no se me apagaron las canas
y que me ronda en el olfato una polilla.
Pero vengan.
Sientan este acitronado murmullo de mis cangrejos oscuros,
que no se callen por el puerto que se aleja.
Que si el rosario se quema en el faro,
el olvido le llorará con hambre.

Alberto Madariaga
(2012)

miércoles, 20 de junio de 2012

De cerca.

No niegues que me buscas a tu lado,
que bulle por tu seno una serpiente,
mordiendo tu inquietud intermitente,
en aras de sentirme aprisionado.

Anhela tu cintura mi cuidado
y ya mi libertad de adelfa y puente,
que siga su contorno firmemente
y trace su delirio desbocado.

Me sueles pronunciar entre la boca,
con fiebre taciturna, vasta y loca,
nacida en lo profundo de tus huesos.

Y yo ni qué negar que están posesos
mis sentidos enteros, si los toca
el velo calcinante de tus besos.

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia

sábado, 16 de junio de 2012

Pena mía.

¿Cómo narrar pues mi pena,
mi pena de voz dormida?
¿Cuándo dejarle salida
para que pise la arena?
El sentimiento es así,
un remolino esmaltado,
que extiende voraz tocado,
por los contornos del alma
y entonces, ausente en calma,
transmuta sin "más" ni "aquí".

Tiene sabor de frambuesa,
este soñar de amapola,
que vive en la adelfa sola,
con la esperanza posesa.
¿Quién le regala canción?
¿Quién puede blindar su pecho
y ver el limo deshecho
que lleva desesperada?
Porque esta pena truncada,
es savia en el corazón.

Recorre como la hiedra,
en mi mirar la ventana
y al no cuajar como grana,
su mismo espíritu medra.
Es gato en el cielo azul,
es cabalgata de loros,
que va brotando en mis poros,
hasta cantar al ocaso,
total que marca en mi paso,
la nota del abedul.

Y ya que no da pereza,
ni merma mi desaliento,
lo digo con sentimiento:
¡que viva así mi tristeza!
Si no es posible gritar
y ni en la sangre hay salida,
entonces que coja vida,
la pena que me sonroja;
yo voy sin más, cual la hoja,
que mira el frío llegar.

Alberto Madariaga
(2012)

lunes, 11 de junio de 2012

Claro de luna.

Vives adentro de mí
y más adentro te siento,
donde la linfa y el viento,
son clara imagen de ti.
Ya vives tan dentro, así
que no contemplo enrramada,
despierta o tal vez truncada,
no existe nube tan breve
ni brisa que nunca lleve,
la magia de tu mirada.

Un ancla de espuma y beso,
deja tu tacto en mi boca,
dulzura que es llama loca
y eternizado embeleso.
¿Cómo tramontas al hueso?
¿Dónde me das razón,
en que se vuelve legión
la luna de tu presencia?
Porque me clavas dolencia,
que sabe a mar y a canción.

Vives adentro y es cierto...
Y yo lo palpo lo toco,
aunque parezca estar loco
por ser un vivo y no un muerto.
Tú das el azul al puerto
do nacen malvas de arena,
donde es de trigo la pena
y de ciruela el soñar;
es lira mi palpitar
clavada sobre tu almena.

Y ya que vives ardiendo
encima de lo sentido,
nunca la sombra de olvido,
irá tras de mí corriendo.
A penas y estoy viviendo,
porque has entrado a la herida
y en forma de dulce vida,
floreces entre mi lecho.
¡Tú vives bajo mi pecho
y en la esperanza extendida!

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia

domingo, 10 de junio de 2012

Serenamente.

Quisiera adormecer sobre la espina
y el llanto marchitar sin más marea,
ser hueso sumergido entre la brea
y viento en la caverna cristalina.

Que vaya mi latido do ilumina,
la verde sensación que la recrea,
saltar, estornudar sin que me vea
el alma entre su asomo de neblina.

Que el viento en esta tarde arrebatara,
mi espíritu rendido en agasajo,
sin máscara, sin sol, sin alarido.

Y tramontar allá donde la cara,
transmuta desde el cielo y más abajo,
donde es eterno el sueño y no el sentido. 

Alberto Madariaga
(2012)